RECONSTRUCCIÓN, DESARROLLO SOSTENIBLE, Y LA NUEVA REALIDAD ENERGÉTICA MUNDIAL
En el paisaje global en constante evolución de hoy en día, las intersecciones de la reconstrucción, el desarrollo sostenible y el paradigma energético emergente se vuelven cada vez más cruciales. Este artículo profundiza en la intrincada relación entre estos tres pilares, arrojando luz sobre su importancia en la configuración del futuro de nuestro mundo.
La reconstrucción, el primer pilar, representa el proceso de reconstruir y revitalizar comunidades y economías en el período posterior a diversas crisis, como conflictos, desastres naturales o recesiones económicas. En un mundo marcado por incertidumbres cada vez mayores, no se puede enfatizar lo suficiente la necesidad de estrategias de reconstrucción resilientes y adaptables.
El desarrollo sostenible, el segundo pilar, complementa esta noción al enfatizar la importancia de soluciones a largo plazo y respetuosas con el medio ambiente que prioricen el bienestar de las generaciones actuales y futuras.
El nexo entre la reconstrucción y el desarrollo sostenible es donde la innovación realmente prospera. Al integrar prácticas sostenibles en el proceso de reconstrucción, podemos catalizar un cambio positivo que se extiende mucho más allá de los esfuerzos de recuperación inmediata. Esto incluye la adopción de materiales de construcción ecológicos, la promoción de fuentes de energía renovable y el fomento de infraestructuras verdes que no solo reconstruyan, sino que también fortalezcan a las comunidades frente a desafíos futuros.
Sin embargo, el engranaje que une estos dos pilares y nos impulsa hacia un futuro más resiliente y sostenible es la nueva realidad energética mundial. La energía es el motor de las sociedades modernas, impulsando economías, industrias y hogares por igual. La transición de fuentes de energía convencionales basadas en combustibles fósiles a alternativas más limpias y sostenibles es fundamental para abordar desafíos globales como el cambio climático y el agotamiento de recursos.
La nueva realidad energética mundial imagina un panorama en el que las fuentes de energía renovable, como la solar, eólica e hidroeléctrica, desempeñan un papel central en la satisfacción de nuestras necesidades energéticas. Este cambio de paradigma no solo es ambientalmente responsable, sino también económicamente ventajoso, creando empleos y fomentando la innovación en el sector de energía renovable. Además, las estrategias de eficiencia energética y conservación son componentes esenciales de esta nueva realidad, reduciendo el desperdicio y promoviendo un consumo de energía responsable.
En conclusión, la intrincada interacción entre la reconstrucción, el desarrollo sostenible y la nueva realidad energética mundial ofrece un plan para un futuro más resiliente, equitativo y sostenible. Al alinear estos tres pilares, no solo podemos recuperarnos de las crisis, sino también construir un mundo que prospere en armonía con los recursos finitos de nuestro planeta. Como ciudadanos globales, es nuestra responsabilidad colectiva abrazar este viaje transformador, asegurando un futuro más brillante y sostenible para las generaciones venideras.
La Reconstrucción y el Desarrollo Sostenible de la Nación, además de abordar aspectos relacionados con las consecuencias de
- tres décadas perdidas a partir de los años 1992-1993 con la paralización del programa de desarrollo diseñado y emprendido por el Dr. Miguel Rodríguez desde el año 1989, con los excelentes resultados obtenidos
- la fractura de la democracia con la que se preparó la escena para la posterior pérdida de la República a finales de la década de los años noventa
- el proceso de destrucción del aparato productivo y de servicios, así como de la plataforma de todos los servicios básicos para el sostenimiento del nivel de vida de la población,
necesariamente deberá contemplar, adicionalmente, la nueva realidad energética mundial, especialmente en nuestro caso, por la pérdida de importancia que ha experimentado el petróleo.
Hace ya cierto tiempo que el auge y las expectativas sobre el uso futuro del petróleo como combustible han declinado, fundamentalmente por el problema derivado de la generación de las emisiones de dióxido de carbono, una de las principales fuentes de contaminación atmosférica que contribuye a aumentar el efecto invernadero.
Actualmente, la quema del petróleo es responsable de 30% de las emisiones de dióxido de carbono en el aire. En resumen: estamos en un período de transición, y se juega políticamente el declive del sector petróleo y gas.
La propia industria energética está en movimiento. Compañías petroleras como BP, Shell, Equinor, Total y ENI, aunque no tanto las grandes petroleras estadounidenses, están invirtiendo en energías renovables, en respuesta a la presión de los consumidores y los inversores.
Estas políticas de descarbonización que afectan nuestra tradicional mayor fuente de ingresos, la industria de los hidrocarburos, hacen aún más imperativo la atención adecuada de la Región Guayana por poseer enormes potencialidades para apoyar a la Economía Nacional, en especial su Industria del Aluminio.
Paradójicamente, estas medidas mundiales que afectan a la industria de los hidrocarburos y a los combustibles fósiles en general, impactan favorablemente a la industria del aluminio soportada por las energías limpias, como lo es nuestro caso en Venezuela.
Guayana es evidencia vigente de que nuevamente deberá ser Polo de Desarrollo, y reimpulsar los programas de electrificación, hierro y acero, aluminio, madera, búfalos, piscicultura, entre otros sectores productivos y de servicios.
DESCARBONIZACIÓN Y ENERGÍAS LIMPIAS EN EL MUNDO
En su historia, la humanidad ha experimentado durante su evolución diversas transiciones energéticas, básicamente a través de la madera, carbón, petróleo, gas natural, las cuales han sido impulsadas principalmente por aspectos relacionados con la competitividad, sin que se haya previsto para la selección del combustible la debida consideración sobre la magnitud de su impacto ambiental.
Actualmente en todos los países, frente a la crisis climática global, hay un cambio sustancial hacia las fuentes de energías renovables como alternativa ambientalmente sostenible para la generación de energía.
Con el fin de reducir las emisiones de CO2 y limitar el aumento de las temperaturas globales, descarbonizar el sistema energético implica reemplazar las fuentes de energía de combustibles fósiles que se utilizan actualmente: carbón, petróleo y gas natural, por fuentes de energía que emiten mucho menos dióxido de carbono como lo son la energía eólica y solar. El hidrógeno como combustible alternativo puede almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural, y no emite gases de efecto invernadero en su combustión.
El uso de energía de carbono también puede reducirse mediante el uso a gran escala de vehículos eléctricos junto con tecnologías "más limpias". La disminución de la intensidad del carbono en los sectores de energía y transporte permitirá alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de acuerdo con los estándares gubernamentales.
La eliminación gradual de las emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso de combustibles fósiles es un aspecto fundamental de la gestión del problema global de los gases de efecto invernadero.
Emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía en todo el mundo
El sector del transporte representa alrededor del 14 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y esta cifra continúa aumentando.
Emisiones globales de dióxido de carbono por sector
Esta transición energética es fundamental para mitigar el cambio climático, proteger la salud humana y revitalizar la economía.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA GLOBAL
Tecnologías eléctricas como clave para la descarbonización
El desarrollo de las energías renovables está creando un nuevo espacio para tecnologías innovadoras que permiten calentar y procesar productos solo a través de la electricidad. Estas tecnologías están ayudando a la descarbonización al ofrecer los mismos resultados con un proceso libre de fósiles y de emisiones.
A diferencia de los sistemas basadosen fósiles, las soluciones basadas en electricidad pueden ser independientes de la variación de los precios del gas y del carbón y, ante la rápida disminución de costos de las fuentes de energía renovable, este enfoque se convierte en una estrategia cada vez más competitiva para la descarbonización.
Como resultado, las empresas globales están revisando sus estrategias de sostenibilidad para alejarse del consumo de combustibles fósiles y buscar soluciones para electrificar sus procesos.
Sustitución de gas natural
La conversión termoquímica de biomasa y residuos da como resultado no solo la producción de biocarbono, sino también gas de síntesis calórico que puede utilizarse como fuente de energía. Esta es la razón por la que en muchos casos la producción de productos sólidos se realiza directamente en el sitio industrial, lo que permite utilizar el subproducto energético para producir calor, vapor o energía industrial. Gracias a esta ventaja, los operadores tienen la oportunidad de reducir su huella de carbono al reemplazar los combustibles de gas utilizados tradicionalmente.
ENERGÍAS LIMPIAS EN EL MUNDO
Según un informe publicado por la Agencia Internacional de Energías
las naciones más adelantadas en este campo son China, Estados Unidos, Brasil, India y Alemania.
No obstante, esto no significa que sean las más sustentables. Por ejemplo, en el caso de la India, solo un 35% de las energías que obtienen provienen de fuentes inagotables. Distinto es el caso de países como Noruega, Uruguay, Costa Rica e Islandia, que generan prácticamente el 100% de la electricidad de forma sostenible.
ENERGÍAS LIMPIAS EN NORUEGA
Desde finales de los años 1800, Noruega ha generado la mayor parte de su electricidad a partir de energía hidroeléctrica ecológica. Lo mismo ocurre hoy. Más del 99% de la producción de electricidad en la parte continental de Noruega proviene de plantas hidroeléctricas de 31 GW (capacidad de embalse de 86 TWh, que almacena agua de verano a invierno). La energía hidroeléctrica promedio es de 133 TWh / año.
Aunque en Noruega la energía hidroeléctrica es dominante, la planificación de los procesos productivos y de servicios no se enfoca únicamente a sus necesidades básicas inmediatas, sino también en el máximo aprovechamiento de todas las oportunidades, potencialidades y posibilidades que ofrece su país, y en la capacidad innovadora de su gente, para en este caso, desarrollar otras energías renovables, y la tecnología para hacerlas funcionar a su nivel óptimo. Las empresas noruegas son pioneras en tecnologías en otras áreas: la energía solar, la energía marina, producción de bioenergía a partir de la madera, y el almacenamiento de energía.
La energía renovable fluye a través de Noruega
https://www.theexplorer.no/stories/energy/renewable-energy-flows-through-norway/
Eólica terrestre y eólica marina flotante
La energía eólica terrestre es una de las tecnologías renovables más importantes del mundo. Aunque la producción de energía eólica comprende solo un pequeño segmento de la producción de energía renovable de Noruega, los avances se han producido rápidamente.
Después de casi cinco años de construcción, Fosen Vind, la instalación de energía eólica terrestre más grande de Europa entró en funcionamiento en 2021. Actualmente, doscientos setenta turbinas eólicas generan suficiente electricidad para alimentar toda la producción industrial en el condado de Trøndelag, una de las principales regiones industriales de Noruega.
Solar flotante
Aunque la energía solar es limpia y casi inagotable, la construcción de granjas solares requiere vastas áreas de tierra. Esto dificulta la construcción de plantas de energía solar cerca de las ciudades, donde a menudo hay escasez de espacio. Generar energía solar en el agua puede ser la solución a este problema.
Además, las empresas noruegas y otras empresas de energía que construyen centrales hidroeléctricas en todo el mundo pueden aumentar su producción utilizando depósitos de energía hidroeléctrica para generar energía con energía solar flotante. Estas empresas tienen la ventaja de tener ya instalada una infraestructura de transmisión.
Hydro invertirá alrededor de BRL 1 millón (€ 156.000) en investigación con la Universidad Federal de Pará (UFPA) en Brasil sobre paneles solares flotantes en la mina de bauxita de Paragominas.
https://www.hydro.com/en-BR/about-hydro/stories-by-hydro/hydro-and-university-will-study-floating-solar-power-in-brazil/?ite=154151&ito=240&itq=58e5abb4-0994-41fe-bf4e-9901eb615f99&itx%5Bidio%5D=36929
Energía Solar Flotante
EL HIDRÓGENO VERDE
Esta tecnología se basa en la generación de hidrógeno a través de un proceso electroquímico conocido como electrólisis. Este método utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, produciremos energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.
En Noruega, como parte de la dirección estratégica de Hydro de fortalecer su posición en el aluminio bajo en carbono y explorar nuevas oportunidades de crecimiento dentro de nuevas fuentes de energía, se estableció una compañía de hidrógeno verde a principios de 2021 que permitirá el cambio de gas a hidrógeno basado en energías renovables en varios de los complejos de aluminio de Hydro, además de desarrollar y atender el mercado externo.
https://www.hydro.com/en-NO/media/news/2021/hydro-names-its-green-hydrogen-company-hydro-havrand/
URUGUAY: LÍDER EN EL USO DE FUENTES RENOVABLES EN AMÉRICA LATINA
Uruguay ha tenido un cambio estructural y cultural desde 2007 al apostar a la generación energética a partir de fuentes renovables. Esta modificación contribuye con el medio ambiente y brinda beneficios económicos y mayor bienestar a la ciudadanía.
Por su paisaje de penillanuras y cientos de millas de costa oceánica y fluvial, Uruguay tiene una ubicación ideal para la generación de energía solar, eólica e hidráulica, y en la última década se ha posicionado como uno de los países con una mejor transición energética hacia las fuentes renovables, tanto en la región como en el mundo.
En abril de 2021 el país fue, por segundo año consecutivo, la nación latinoamericana mejor posicionada en el índice global elaborado por el Foro Económico Mundial y la consultora Accenture. A fines de 2019, la Agencia Internacional de Energía (AIE) calificó a Uruguay como líder de América Latina en producción de energía y cuarto en el mundo en cuanto a niveles de generación eléctrica con fuentes eólica y solar.
La energía eólica, la solar y la biomasa comenzaron a tener un papel sumamente relevante en Uruguay y en 2019 alcanzaron altas participaciones en el total ofertado. De acuerdo con el balance de la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE), el 55,6% correspondió a energía hidráulica, el 33,6% a eólica, el 6% a biomasa, el 2,8% a energía fotovoltaica y el 2% a térmica. En 2005, ni la energía eólica ni la solar aportaban a la producción.
Las energías renovables representaron el 98% de la matriz energética total en 2019, mientras que en 2005 eran 37%, de acuerdo con el Balance Energético 2019 de la Dirección Nacional de Energía del Ministerio de Industria, Energía y Minería.
En relación con los intercambios internacionales se destaca que las exportaciones comerciales en el correr de ese año a Brasil totalizaron 600 GWh y a Argentina 2.391 GWh. Además, se asistió con energía eléctrica a Argentina y Brasil en situaciones de emergencia de dichos países, según establece su Memoria anual de 2019.
La combinación de sus recursos naturales privilegiados, una legislación con visión de futuro y una inversión importante en infraestructura es la base del cambio en la matriz energética uruguaya.
Uruguay desarrolla una política de libertad de generación de energía, lo que ha fomentado significativas inversiones del sector privado, e invierte anualmente alrededor de 3% del Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura energética. El informe “Renewables Global Status Report” elaborado por REN 21, ubicó al país en el quinto lugar del mundo en términos de inversiones en energía renovable como porcentaje del PIB.
Con una red eléctrica de 83.277 kilómetros que abarca las líneas de distribución de baja tensión y domiciliarias, Uruguay cuenta con una tasa de electrificación que cubría el 99,8% de los hogares a fines de 2020.
En menos de 8 años se logró el desarrollo de igual cantidad de potencia eólica instalada como la de hidroeléctrica preexistente, pero además se instalaron plantas de generación de biomasa sostenible y plantas solares fotovoltaicas.
LA NUEVA MATRIZ ENERGÉTICA DE CHILE
Cerro Dominador es un claro ejemplo de cómo avanza la tecnología, al ser la primera planta termosolar de América Latina
La participación de las energías renovables en Chile durante enero y febrero de 2021 llegó al 25,8 por ciento. 23.516 MW de potencia instalada totalizan los proyectos de energías renovables entre energía solar, eólica, de biomasa, geotérmica, marina, hidráulica.
La consolidación de las energías limpias
En los últimos diez años el desarrollo de energías limpias ha sido significativo en Chile, pasando de 540 MW de capacidad instalada de renovables no convencionales en 2011, a 6.113 MW a fines de 2020 en el Sistema Eléctrico Nacional.
Ya en 2020 la capacidad instalada de las centrales solares fotovoltaicas y de los parques eólicos superó al que tienen las centrales termoeléctricas a carbón. Y si bien la energía solar es la que tiene mayor capacidad instalada, en julio 2021, la eólica fue la que más energía inyectó a la red chilena.
Hay proyectos solares, eólicos, hidroeléctricos, permitiendo mayor descentralización, mayor desarrollo regional, generando nuevas oportunidades laborales, y en zonas que eran agrícolas o forestales ahora hay una tercera industria: la industria renovable.
Chile es hoy un país rico en energía. Pero no en petróleo, ni carbón, ni gas natural, sino en energías limpias.
Durante la segunda semana de mayo de 2021, Chile aprobó el primer proyecto de hidrógeno verde (H2V) con la instalación de una planta productora de combustible en base a este recurso que comenzaría su construcción en 2022.
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