«La
planificación a largo plazo no se ocupa de las decisiones futuras sino del
futuro con las decisiones actuales” Peter Drucker
El desarrollo
hidroeléctrico del río Caroní constituye un hito único en la historia de
Venezuela. Más allá de su relevancia técnica y energética, se erige como el
único proyecto integral de planificación y ejecución que logró articular visión
estratégica, voluntad política e institucionalidad moderna en función del
desarrollo nacional. En este contexto, la figura del general Rafael Alfonzo
Ravard adquiere una dimensión histórica fundamental: su liderazgo y capacidad
de gestión permitieron convertir el potencial hidroeléctrico del Caroní en
motor de transformación, sentando un precedente sin parangón en la experiencia
venezolana de desarrollo.
El desarrollo
hidroeléctrico del río Caroní no puede entenderse únicamente como un proyecto
de ingeniería o como una iniciativa energética de gran escala. Representa, en
realidad, el único proyecto de desarrollo concebido y ejecutado en Venezuela
con visión de largo plazo, integralidad institucional y capacidad
transformadora. A diferencia de otras iniciativas que, a lo largo del siglo XX,
quedaron fragmentadas o inconclusas, el complejo hidroeléctrico del Caroní
logró materializar una concepción de desarrollo nacional enraizada en la
planificación, la modernización tecnológica y la articulación entre el Estado y
la sociedad.
En ese
proceso, la figura del general Rafael Alfonzo Ravard ocupa un lugar central.
Formado como ingeniero militar y dotado de un excepcional sentido de
organización, Alfonzo Ravard no solo lideró la ejecución técnica de un
megaproyecto, sino que también imprimió una visión institucional que trascendió
lo energético para convertirse en referencia de gestión pública y de
responsabilidad social. Su papel fue decisivo en la creación de la Corporación
Venezolana de Guayana (CVG) y en la proyección de un modelo de desarrollo que
buscaba integrar recursos naturales, infraestructura y capital humano al
servicio del progreso nacional.
Este proyecto
no solo transformó la geografía eléctrica del país, sino que marcó un hito en
la historia venezolana: demostró que era posible planificar, ejecutar y
culminar una empresa de envergadura mundial bajo criterios de eficiencia,
transparencia y compromiso con el futuro. Analizar la dimensión histórica del
desarrollo hidroeléctrico del río Caroní implica, por tanto, revisar el legado
de Rafael Alfonzo Ravard y reconocer en su liderazgo una de las escasas
experiencias de planificación integral que logró materializarse como motor de
desarrollo real en Venezuela.
Rafael Alfonzo
Ravard fue un militar, ingeniero y empresario venezolano que tuvo una brillante
y destacada carrera como funcionario de la administración pública en Venezuela,
llegando a ocupar los cargos de presidente de Petróleos de Venezuela y la
Corporación Venezolana de Guayana, entre otros.
En 1953 Rafael
Alfonzo Ravard es nombrado presidente de la Comisión de Estudios para el
Desarrollo Hidroeléctrico del Río Caroní. Presidió el Consejo Mundial de la
Energía en 1954, fecha a partir de la cual, Venezuela, primero a través de la
mencionada comisión de estudios y luego de la empresa EDELCA, ELECTRIFICACIÓN
DEL CARONÍ, se hizo miembro permanente. En 1958 es nombrado presidente de la
Corporación Venezolana de Fomento y en diciembre de 1960 es designado
presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, CVG.
En 1961 y bajo
su presidencia, la CVG firmó un acuerdo con el Joint Center para Estudios
Urbanos del Instituto Tecnológico de Massachussets y la Universidad de Harvard
para la asistencia técnica en el desarrollo y planificación de un nuevo y
vanguardista núcleo urbano, Puerto Ordaz.
Al completarse
la fase de estudio y planificación del aprovechamiento del Río Caroní, se
construyó la primera central hidroeléctrica del país: Macagua I, destinada
al suministro de energía para el futuro desarrollo industrial de
Venezuela.
Avanzaba a su
vez la instalación y construcción del complejo siderúrgico, ya que la
siderúrgica debía trabajar con hornos eléctricos para la reducción de mineral
de hierro.
Entre 1965 y
1974, Alfonzo Ravard ejerce simultáneamente la presidencia de EDELCA y la
vicepresidencia de Aluminios del Caroní, Alcasa. En 1973 asume además la
presidencia de Venalum, todas, empresas tuteladas por la CVG.
En 1963 se
pone en marcha el proyecto hidroeléctrico Guri, en su momento, el de mayor
capacidad en el mundo y una de las más grandes obras de ingeniería ejecutadas
en la historia de Venezuela.
Alfonzo Ravard
traza nuevos horizontes con proyectos de desarrollo agropecuario para proveer
productos agroindustriales a la zona; en 1969 llevó adelante el proyecto de
arborización de Uverito, al sur del estado Monagas, donde se realizó con éxito
la siembra de 26 millones de ejemplares de pino Caribe.
PROGRAMA DE DESARROLLO DE GUAYANA: EJEMPLO Y VIGENCIA DE PLANIFICACIÓN PARA EL DESARROLLO